Los Odiosos Ocho
parece que Quentin no vuelve a la torpeza del bodrio de tortugas ninja de Kill Bill, es él en estado puro, en un film claustrofóbico, en el que deja claro que “en EEUU un negro sólo está a salvo cuando los blancos están desarmados”...me re-reconcilio con Tarantino, como me sucedió con Malditos Bastardos...cine en estado puro, que diría un ortodoxo...qué no pare la fiesta!
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