berrea en La Carnicera
Acompañao de mi inseperable compañera, después del 'largo, cálido verano' (parafraseando al grupo de h/c Habeas Corpus), ya había ganas de otoñá y de escuchar el inigualable conciertos de los ciervos berreando, 10 minutos de tormenta de lluvia incesante--incluída tormenta de polvo--, cuasi-tornado...el dolor-frustración de encontrarse con un ciervo renqueante después de la lucha por la hembra, cojo y habiendo perdido de manera insólita una cuerna, el campo verdegueando en Septiembre después de los más de 50 litros/m2 que cayeron de una sola vez...una experiencia inenarrable y de lo más aconsejable, sólo hay que menearse un poco y saliz de la zona de confort de la mierda del sofá y la insoportable caja tonta...
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