Un quebrantahuesos regresa de los Pirineos a Segura


donde se crió, en sólo tres días...

La dispersión del quebrantahuesos es algo iniciático. Estas aves, en su juventud, antes de asentarse en un territorio, recorren vastas extensiones para descubrirlas. Es el caso de Tono, liberado en Segura, que llegó a los Pirineos y, tras pasar una temporada, realizó el camino de vuelta en sólo tres días.

Sin ayuda de nada o de nadie recorre unos seiscientos kilómetros en tan sólo tres días. Para poco, sólo para dormir, y es, casi seguro, que apenas come durante el trayecto. Es el quebrantahuesos Tono y no se le ha ido la cabeza. Está en plena fase de dispersión, una especie de adolescencia, que dura hasta seis años, en la que, antes de formar su propio hogar, el ave recorre mundo. A este ejemplar, le gusta prepararse para ser mayor en los Pirineos. Se marcha en primavera de Segura y regresa en otoño. Esta sierra del Parque Natural es la casa de Tono desde que lo liberaron allí en 2006, en el marco del programa de reintroducción que promueve la Consejería de Medio Ambiente y ejecuta la Fundación Gypaetus. Carlos Ruiz, el técnico encargado de su seguimiento por GPS, aclara que, en las tres ocasiones que el quebrantahuesos realizó el viaje, siempre siguió la misma ruta, por el Levante. Una vez que llega a su destino, se mueve por Huesca, Lérida y Francia. La travesía de Tono permite a los expertos fijar el mapa de la dispersión de este ave, algo muy útil para minimizar los riesgos en las zonas que visita y contribuir así a su conservación. El de Tono no es un caso único, a Libertad, de su misma quinta y bautizada así por los niños que residen en el Parque Natural, le gusta pasar temporadas en La Rioja. En su ruta de regreso, llega a sobrevolar Madrid, de hecho, su transmisor la situó en uno de sus vuelos en la Glorieta de Bilbao...

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