BASURERO GLOBAL

(Miguel Delibes CSIC) Ocho lustros investigando la naturaleza proporcionan no pocas satisfacciones intelectuales, pero también momentos de plenitud y emoción ajenos a toda racionalidad. Entre los míos, recuerdo vívidamente el hallazgo de un alcatraz en la inacabable y vacía playa de Doñana, un invierno de hace muchos años. Los alcatraces son grandes aves marinas, las mayores del Atlántico norte, que pescan arrojándose en picado sobre los cardúmenes de peces. No sé muy bien cómo distingue un alcatraz a sus presas desde la altura, pero probablemente el brillo del pescado tiene algo que ver. El caso es que “mi” alcatraz, confundido, supongo, había picado sobre una gran bolsa de plástico transparente, la había perforado y había quedado prendido en ella por el cuello, como si se hubiera puesto un chubasquero. Incapaz de remontar el vuelo, fue arrastrado por las olas a la playa, donde lo recogimos exhausto. Tras darle un poco de comida y forzarlo a batir las alas, lo echamos al aire y voló libremente. Entonces me sentí, a la par, alegre por el alcatraz y triste por el mar. He recordado aquella batallita de juventud al recibir una serie de fotos dramáticas sobre los restos de jóvenes albatros en el atolón de Midway que, como su nombre indica, está a medio camino entre Asia y América, en mitad de la nada y relativamente cerca de Hawai. Mayores aún que el alcatraz, los albatros también son aves marinas que buscan comida en las aguas abiertas. Capturan cualquier cosa que les llama la atención, pues durante su larga historia evolutiva todo, o casi todo, lo que podían encontrar en el mar era comestible. Pero, ¿hoy? Miles de pollos de albatros mueren cada año en Midway reventados por los plásticos con los que sus padres les han dado de comer. Las fotos muestran esqueletos de aves cubiertos de raídas plumas y trufados de brillantes y coloreados tapones de botellas (sobre todo), bolígrafos, encendedores, trozos de cuerdas, preservativos… Si no fuera tan triste, diría que las fotos sugieren bodegones surrealistas. Los albatros mueren por los plásticos que pueden tragar, pero no digerir y menos aún defecar. Y ocurre lejos de la gente, en mitad de ninguna parte, como he dicho, pero cerca de la gran mancha de inmundicias del Pacífico norte, una superficie marina varias veces mayor que España literalmente cubierta por plásticos en suspensión. No es la única. Los océanos son un gran basurero global...http://blogs.publico.es/ciencias

Comentarios

  1. SI VEIS LAS FOTOS...


    http://www.chrisjordan.com/current_set2.php?id=11

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