PRESERVAR LAS TABLAS DE DAIMIEL
27/10/2009. La mayor parte de las lagunas y humedales de la Cuenca Alta del Guadiana se originaron por la delicada conjunción de aguas superficiales y subterráneas actuando durante miles de años. La riqueza natural de estos enclaves está concentrada en un territorio muy pequeño, unos 15.000 km2. Hay muy pocos lugares en el mundo que tenga tantos paisajes del agua, tan variados, tan originales, con tantas especies, tan preciosos..., tan amenazados, y en un espacio tan reducido.
Por ello, la UNESCO en 1980 le otorgó el estatus de Reserva de la Biosfera de La Mancha Húmeda, lo que suponía el reto de compatibilizar el aprovechamiento económico de las lagunas y su entorno con el mantenimiento de sus valores naturales.
Sin grandes cambios, la gestión humana poco agresiva, o incluso conservacionista, ha permitido su supervivencia durante los últimos 3.600 años. Sin embargo, durante los últimos 40 los impactos y actividades humanas los han puesto en peligro, de tal modo que pueden desaparecer si no hacemos algo por ellos.
Las llanuras de inundación, cuyo mejor ejemplo son Las Tablas de Daimiel, hasta hace poco un paraíso para multitud de animales y plantas, donde se desarrolló una cultura peculiar asociada a los hombres del río que allí vivían, agoniza entre limosnas de agua, contaminación, y la amenaza que supone en estos momentos la combustión se su suelo turboso.
El Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales, preocupado por la situación de estos emblemáticos paisajes del agua que son los humedales castellano-manchegos y especialmente, dada su situación actual, por el Parque Nacional Las Tablas de Daimiel, considera que es necesaria una actuación inmediata, pero sostenida en el tiempo por parte de las administraciones competentes que aseguren no solo su supervivencia, pero también su recuperación.
Las Tablas de Daimiel deben de ser el indicador más veraz y fiable de una acertada política de gestión, que compatibilice el correcto uso del territorio y sus recursos naturales, con la conservación de tan emblemático lugar y del conjunto de humedales que integran la Reserva de la Biosfera de La Mancha Húmeda. (Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales)
POSTED BY PEPA
Por ello, la UNESCO en 1980 le otorgó el estatus de Reserva de la Biosfera de La Mancha Húmeda, lo que suponía el reto de compatibilizar el aprovechamiento económico de las lagunas y su entorno con el mantenimiento de sus valores naturales.
Sin grandes cambios, la gestión humana poco agresiva, o incluso conservacionista, ha permitido su supervivencia durante los últimos 3.600 años. Sin embargo, durante los últimos 40 los impactos y actividades humanas los han puesto en peligro, de tal modo que pueden desaparecer si no hacemos algo por ellos.
Las llanuras de inundación, cuyo mejor ejemplo son Las Tablas de Daimiel, hasta hace poco un paraíso para multitud de animales y plantas, donde se desarrolló una cultura peculiar asociada a los hombres del río que allí vivían, agoniza entre limosnas de agua, contaminación, y la amenaza que supone en estos momentos la combustión se su suelo turboso.
El Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales, preocupado por la situación de estos emblemáticos paisajes del agua que son los humedales castellano-manchegos y especialmente, dada su situación actual, por el Parque Nacional Las Tablas de Daimiel, considera que es necesaria una actuación inmediata, pero sostenida en el tiempo por parte de las administraciones competentes que aseguren no solo su supervivencia, pero también su recuperación.
Las Tablas de Daimiel deben de ser el indicador más veraz y fiable de una acertada política de gestión, que compatibilice el correcto uso del territorio y sus recursos naturales, con la conservación de tan emblemático lugar y del conjunto de humedales que integran la Reserva de la Biosfera de La Mancha Húmeda. (Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales)
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